13.11.06

Reflexiones

Hoy amanecí de un humor de perros. Estaba muy estresada porque la agenda para mi proxima visita a México está atascada y no creo poder hacer varias cosas que quería hacer. Llegando a la oficina lei un mail en el que se nos informaba que uno de los colegas de nuestro grupo de investigación falleció ayer, al parecer de un ataque al corazón. Tenía alrededor de cuarenta años de edad, casado y sin hijos. Además de la fuerte impresión que me causo la noticia, y la tristeza que me dio pensar en su mujer, me sentí muy estúpida por haberme estado quejando minutos antes por cosas que no son problemas. Es triste como a veces tendemos a ahogarnos en vasos de agua y tiene que ser una noticia terrible la que nos pone los pies en la tierra. Estoy viva, saludable, y en un mes tengo la oportunidad de ver a muchos seres queridos, eso es todo y es más que suficiente.

Era una persona muy sonriente, ése es el recuerdo que voy a guardar de él. Descanse en paz Peter S.

1 comentario:

Unknown dijo...

Ups, qué pena. Si sacuden esas noticias ¿como se murió si era muy sonriente? o sea, aparentemente feliz.