28.5.07

Fin de semana largo

He de decirles que hay ventajas de vivir rodeada de católicos del viejo mundo: ¡tienen feriados por montones!. Vamos por el segundo feriado del mes y ahi viene otro en junio. Aprovechando las circunstancias les platico de mi fin de semana movidito.

El viernes en la noche aterrizó Nairn para hacernos una breve visita. Para los que no lo conocen, es un muy buen amigo que era estudiante en Austin y que ahora vive en Santa Barbara. Hay muchas peculiaridades en mi amigo, pero una de las más importantes es que sigue la dieta kosher sin brincarse ni una sola regla, razon por al cual es algo complicado alimentarlo. En general puede comerse menos del 10% de un menú normal. He de decir que la libramos bastante bien en el aspecto alimenticio, pero Niv y yo tuvimos que traer prendido un radar inusual todo el tiempo.

El sábado fue un día precioso, soleado y caluroso. Cruzamos el parque, con una agradable parada en el beergarten. Nos tocó ver a un buen numero de bañistas, con y sin ropa, siendo arrastrados alegremente por el arroyo. También había un nutrido grupo de surfers que nos entretuvieron un buen rato. Una vez llegados al centro, pululamos por las atracciones de cajón, hicimos algo de shopping, y luego al emprendimos a pata de regreso hacia al casa, pero esta vez por la calle en lugar del parque. Una vez de vuelta en casa tuvimos que hacer una prolongada pausa para recuperarnos de la caminada... ya no nos cocemos al primer hervor. Cerramos la jornada cenando en un simpático restaurant español de aqui a la vuelta. Seguimos descubriendo el vecindario.

El domingo fue dedicado al maratón de las pinacotecas. En Munich hay tres pinacotecas, la vieja (> siglo XVIII), la nueva (siglo XVIII-XX), y la moderna (>siglo XX). Todas tienen la gran ventaja de cobrar un euro por la entrada los domingos y estan en tres cuadras contiguas. Ayer comprobamos que el maratón dominguero es posible pero sí queda uno hecho pomada. Las colecciones de pintura son tan buenas que vale la pena el esfuerzo, aparte los edificios también tienen su chiste. Volvimos a casa justo a tiempo para presenciar, felizmente bajo techo, una gran tormenta de granizo que por un ratito hizo que la ciudad se viera como hace cuatro meses. Decidimos quedarnos a cenar aqui mismo mientras disfrutamos de música y vino.

Hoy en la mañana lo deposité en el camión hacia el aeropuerto. La verdad me encanta eso de pasear gente por este pueblo, es bastante fotogénico y versatil, siempre encuentra uno algo entretenido que hacer. ¿Se animan?







No hay comentarios.: