19.6.07

La chamba

El congreso consistió en encerrar a varias docenas de astrónomos en un hotel bastante fresa en el lado Brasileiro de Foz de Iguazú. Las albercas del hotel son alimentadas por aguas termales (tibias) asi que se renuevan cada cuatro horas. Desafortunadamente pude hacer uso limitado de las instalaciones porque la conferencia fue dos tres demandante, y en cuanto nos soltaron el mecate corrimos a las cataratas, por supuesto.

La reunión era para presentar resultados científicos obtenidos con datos de un telescopio (que son dos, norte y sur) en particular: Gemini. Yo utilicé datos de ese telescopio para parte de mi tesis y ahora mismo estoy trabajando con más datos que vienen de ahi. Eso es lo que presenté. En el congreso había 20 pláticas de 20 minutos cada uno de los tres días. Para el miércoles yo ya alucinaba tanta información, asi que agradecí que mas de dos gatos se pararan en mi plática, que fue la segunda del día. Después de la sesión, el director del telescopio vino a decirme que le había gustado la plática, que le encantaban nuestros proyectos, que deberiamos tratar de usar más instrumentos. Le platiqué la infortunada historia de como pedimos datos con uno de los nuevos instrumentos, pero un error del staff hizo que fueran inservibles. Total que dijo que eso no era posible, que esos datos debian de tomarse de nuevo y que le mandara la información para arreglar ese asunto inmediatamente, cosa que hice hoy. Si en efecto nos dan esos datos, el viaje quedó plenamente justificado. Me asombra la marcada diferencia de recibimiento que tienen mis resultados en un lado y otro del oceano. En promedio, con los gringos siempre recibo un buen número de comentarios positivos, y a los europeos no es hace mucha mella lo que les digo... no me aventuro a adivinar por qué.

En fin, la gracia de estar rodeado de astrónomos es que sobraba quien me diera un tour por el cielo nocturno del otro hemisferio. Por fin logré ver la cruz del sur y medio de reojo alcancé a ver a omega Centauri (el objeto que me va a dar fama y fortuna si eso sucede algún día). Entre lo más emocionante estuvo ver a ojo pelón el centro de la galaxia, con todo y sus nubes de polvo. La deuda fueron las nubes de Magallanes, que no estaban disponibles en esta época.

Entre las anécdotas periféricas está la cual en la que yo, la experta, le enseñe a jugar dominó a otras tres personas. Mi pareja era una fiera, le agarró la onda mas o menos bien, y les empezamos a partir la maceta a los otros. Asi llegamos a 98 puntos y ellos en zapato. En una de esas que nos distraemos y ganan un juego... con un punto. Yo pensé que solo era cuestión de recuperar la mano y sacar los tres puntitos. Un par de cerrones bestias y varios juegos con cinco mulas por equipo lograron que nos ganaran. Hasta se juntó público para ver el desenlace... triste. Llevaba dos años sin jugar dominó y me salen con esa, chale.

Parte de los conspiradores

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