16.4.08

Santa Barbara

Uf, estoy atrasadísima de chismes, asi que ahi les voy.

La razón principal del viaje que estoy haciendo es la boda de mis amigos Katelyn y Joe en Hawaii. Dado que Hawaii tiene una diferencia de 12 horas con Alemania, decidí hacer una parada previa en California para mitigar el jet-lag. Volé hacia Los Angeles con la meta de visitar a mi amigo Nairn que vive en Santa Barabara (a unas 2 horas de LA). Después del vuelo tuve que tomar un camión a dicha población. Dado que no dormí en el vuelo, acabé pasando 24 horas sin dormir, cosa que nunca es buena. Afortunadamente, el gran cansancio que tenía me permitió sacudirme el jet-lag en pocos días.

En un ataque de optimismo, decidí que lo mejor que podía hacer en mi primer día de visita era una caminata por el bosque para ver unas rocas con pinturas “rupestres”. El lugar de la caminata fue en las montañas adyacentes a Santa Barbara, que tienen unas formaciones rocosas chidísimas, una vista espectacular, y linda vegetación. Las fotos de la pintura las pueden encontrar aqui abajo. La verdad yo quedé muy impresionada con lo bien conservada que está. Se nota que solo recibe un par de vistantes al més, y que solo los enterados saben como llegar ahi. Precisamente por lo poco recorrido del camino, los paseantes nos cabamos dando una buena perdida que nos hizo trepar por el sendero equivocado de regreso. Yo traigo una condición física nada envidiable, asi que la subida extra después de tener que volver sobre nuestros pasos me costó bastante trabajo.

Entre la desorganización existencial de mi amigo y el hecho de que la prensa mexicana decidió enterarse del agujero negro una semana más tarde que el resto del mundo, pasé mucho más tiempo del que hubiera querido respondiendo e-mails y atendiendo pendientes. Nairn trabaja en un peculiar observatorio (LCOGT), fundado por gente ex-google, cuya meta es formar una red de telescopios pequeños por todo el mundo. El edificio está fresísima, y las compus en los escritorios también. Me contaron que si cualquier empleado decide comprar un auto híbirdo, el instituto les da 5000 dólares de premio. El resultado es que el estacionamiento está lleno de híbridos. Lindo lugar.

En una de las noches fuimos invitados a cenar por otros amigos que solían estar en Austin y ahora están ahi. Joe y Heather, aparte de tener una casa espectacular y cocinar riquísimo, tienen una fabulosa colección de juguetes y muñecos. Entre mis favoritos estaban unos peluches de virus, levadura y bacteria, pero la noche se la llevó el moo-bunny, que pueden observar en la foto de abajo.

Una de mis metas para éste viaje es comer toda la comida mexicana y asiática que pueda. Hasta ahora llevo un record perfecto. Sigo sin entender por qué es que la comida mexicana es mil veces mejor en California que en Texas. Tiene que haber una buena razón sociológica, pero no la he encontrado. El sur de California me brindó: chiles rellenos, tacos al pastor y de rajas, sushi, y más sushi. La segunda sesión de sushi la compartimos con otro ex-austinito, Robert, y su cuasi esposa Mika.










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